Grandes conmociones de la vida que sin saber no nos da matices de la despedida del vagabundo ser que deliberadamente promete encontrar un mundo mutuamente placentero.
Cortesana de su enorme sonrisa y esclava de sus indecentes caricias. Su pequeña figura tan delicada y llamativa, tal cual, perla negra llega al más glorioso éxtasis. Sollozo lamento de su fría mirada inundada de placer carnal y sangre. Corazón sinvergüenza, como si fuera la primera vez sufre cada segundo más. Causante de heridas imposibles de sanar. Doloroso pasado que no deja respirar. Angustia por gritar a los mil vientos que te quiero devorar.
Miedo que reprime las voces de auxilio, cercanías al Hades interno. Desesperados gestos de vida en busca de respuestas que solo son más complejas y extrañas incógnitas.
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